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jueves, 27 de junio de 2024

MUJERES Y LECTURA

La lectura ha sido durante siglos un acto aristocrático, particularmente, para las mujeres. Las imágenes y dibujos desde el Renacimiento en las que ellas aparecen, hasta bien entrado el siglo XX, constituyen un símbolo de elegancia y distinción. Sólo basta conocer el estado de educación de las mujeres en los diferentes períodos de la historia para saber la escasa educación formal de la que fueron objeto.

 Leer ha sido durante siglos un privilegio aristocrático, especialmente para las mujeres incluso después de la invención de la imprenta los libros siguieron siendo inaccesibles para la mayoría de las mujeres… 
Los libros aumentan su valor.


Esther Tusquets menciona la introducción al libro de Stefan Bollmann, Las mujeres que leen son peligrosas, que durante siglos se obstaculizó el acceso de la mujer a los libros y los hombres elegían lo que ellas debían leer. Luis Vives, humanista español, aconsejaba en el siglo XVI que los padres y maridos no permitieran a sus hijas ni esposas leer con libertad. Y argumentaba que las mujeres no debían seguir su propio juicio. Incapaces de cuidar de ellas mismas y necesitadas siempre de la vigilancia de hermanos, padres y maridos. Muchos de estos, durante siglos, han considerado que leer las harían sospechosas, quizá por temor a que a través de la lectura ellas encontraran la libertad y sobre todo dejaran de lado la sumisión.

Son variados los estudios e informes en torno a la educación de la mujer y a través de ellos se ha conocido que han sido muchos los educadores y filósofos que consideraron inadecuado el fomento de la lectura entre ellas. El debate en torno a la educación de la mujer se zanja de manera definitiva en el siglo XX tras siglos de considerar que no necesitaban ni eran merecedoras de educación humanística. Durante cientos de años, sólo una minoría tuvo acceso a ella. Alcanzaba conque fueran útiles para el cuidado de la familia y las tareas del hogar. Particularmente, si la condición económica familiar era medianamente acomodada, noble, de comerciantes prósperos.

Hay un hecho poco discutible hoy día- agrega Laure Adler- y son los datos de las estadísticas que demuestran que el ochenta por ciento de los lectores son mujeres. En pocos campos de las actividades humanas, la mujer ha ganado tanto terreno como en la escritura. Estudios realizados en las escuelas muestran que los niños dan menos valor a la lectura, se mueven más, escuchan menos. Y esto es particularmente interesante, los varones sienten menos interés por las historias de los demás. Nosotras, agrega la investigadora, sentimos una curiosidad insaciable por los otros que puede desembocar desde chismes de patio hasta obras literarias. Desde Sherezade hasta nuestras abuelas y nuestras madres, las mujeres han almacenado historias, han sido geniales narradoras de historias. Comparto brevemente la siguiente cita sintetizadora del beneficio de leer:


El libro puede ser más importante que la vida. El libro enseña a las mujeres que la verdadera vida no es aquella que les hacen vivir. La verdadera vida está fuera, en ese espacio imaginario que media entre la palabra que leen y el efecto que éstas producen… y no se r resignan a cerrar el libro sin que algo haya cambiado en su propia vida. El libro se convierte en iniciación. (Laure Adler)

1-Laboratorio Contemporáneo de Fomento de la Lectura. Mujeres y lectura (2018). Fundación Germán Sánchez Rupiere. España. (https://cerlalc.org/publicaciones/mujeres-y-lectura/)

Bibliografía:

· Bollman, Stefan (2017). Las mujeres que leen son peligrosas. Editorial MAEVA. España.

· Laboratorio Contemporáneo de Fomento de la Lectura. Mujeres y lectura (2018). Fundación Germán Sánchez Rupiere. España. (https://cerlalc.org/publicaciones/mujeres-y-lectura/)


Por: Hilce L. Diaz. 









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